viernes, 22 de febrero de 2013

DEJAR IR LAS PREOCUPACIONES


“¿Con qué frecuencia tienes períodos de preocupación estos días?

Cuando era niño mi mamá solía decirme: “95% de nuestras preocupaciones nunca suceden”. Ella reconocía que yo era ‘el tipo que se preocupa’ y trataba de ayudarme a apaciguar mi mente. Aunque esto raramente funcionaba, yo apreciaba su sentimiento y ahora sé que ella estaba en lo cierto.

Hasta donde recuerdo, he sido una persona ‘preocupona’. Continúo trabajando en este tema, quiero dejarlo ir, perdonarme por ello, deseo elegir diferentes maneras de ser frente a mi miedo. Y, todavía me doy cuenta que me preocupo más de lo que quisiera admitir: acerca del dinero, acerca del futuro, respecto de cómo saldrán las cosas, acerca de lo que las personas piensen de mí, acerca del bienestar de las personas que amo, respecto del estado de cosas en el mundo y de la economía (especialmente en estos momentos), y mucho más.

No obstante, sin importar cuánto nos preocupemos, esta actitud nunca nos va a ayudar. Y a medida que profundizamos en el tema de la preocupación, y nos abandonamos al fracaso, a un ingrediente negativo y a la negación o cómo tratamos de evitar sentir nuestros verdaderos sentimientos, vemos que esto puede tener un impacto dañino en nuestras vidas, en nuestro trabajo y nuestras relaciones. Cuando nos preocupamos, en verdad nos estamos disponiendo a estar alterados o enojados, porque asumimos que algo no va a funcionar en el futuro.

El preocuparnos no sólo crea estrés, tiene un impacto (por lo general negativo) sobre todo aquello que creamos y manifestamos, y sobre nuestra experiencia de vida en general. La preocupación realmente es una emoción superficial. Claramente es algo con lo que muchos de nosotros estamos familiarizados y solemos compartirlo con los demás como una manera de ganar simpatía, de estar en empatía con el otro o tener su compasión, y es muy fácil para nosotros vivir día a día teniendo esta experiencia. Sin embargo, debajo de nuestra preocupación por lo general se encuentran emociones más profundas como la vergüenza, el miedo, la culpa, estar dolidos por algo y el enojo. Muchas de estas emociones nos son difíciles de reconocer, de sentir o de expresar.

Si somos capaces de decir la verdad y de dar la cara a nuestros sentimientos más profundos, no tendremos que perder nuestro tiempo y nuestra energía basados en la preocupación. Podemos manejar la raíz del asunto, no el impacto superficial de éste (que es, por lo general, lo que causa la preocupación)

No hay nada malo en sentirse atemorizado, iracundo, dolido o incluso ‘preocupado’ por alguna situación. Estas emociones, como el amor, la gratitud, el entusiasmo, la dicha y otras, son muy importantes en nuestra experiencia humana. Las emociones que se sienten profundamente y son expresadas apropiadamente, nos dan poder (sin importar lo que son). Las emociones que no son sentidas a profundidad, que son negadas o evitadas, y no son expresadas de manera efectiva, pueden dañarnos.

La preocupación siempre es una señal de que existen sentimientos más profundos y temas que debemos atender. Con frecuencia es bueno recordar que podemos ser más reales, que podemos cuidarnos mejor y que podemos poner atención.

En seguida doy una lista de cosas que podemos hacer cuando estamos preocupados:

1. Preguntarnos ¿qué es lo que yace debajo de mi preocupación? Por ejemplo… ¿Realmente por qué estoy preocupado/a y qué es lo que en verdad estoy sintiendo?

2. Darle la cara, sentir y expresar estas emociones subyacentes - buscar apoyo (si lo consideramos necesario) de otras personas para dar claridad a este proceso.

3. Una vez que hemos sentido y expresado estas emociones, elegir cómo deseamos sentirnos y qué es lo que queremos crear, en vez de sentirnos como una víctima.

4. Apreciarnos por el valor que se necesita para ser honesto y para manejar estas situaciones de reto o estas emociones que estamos experimentando.

5. Enfocarnos en las cosas buenas que hay en nuestra vida (por ejemplo: agradecer lo que tenemos, dar gracias por quienes somos y por todo lo que estamos pasando – pues esto es la gran lección).

¿Qué puedes hacer, qué podrías hacer o qué estás haciendo en este momento para eliminar la preocupación de tu vida?”

Es evidente que Mike y yo llegamos a la misma conclusión a través de nuestra muy personal aventura de vida.

No tengas miedo a hacer este ejercicio o cualquier otro que de pronto conoces, ya sea a través de una lectura o por recomendación de otra persona. Sé que muchos de nosotros descartamos las sugerencias que nos dan porque hay una resistencia de nuestra parte a reconocer que, en verdad, no estamos siendo lo felices que quisiéramos (y que deberíamos ser). Todo ello no es más que una resistencia de nuestro ego.

Nunca pierdas la oportunidad de mostrarte amor.

El Enojo y la Técnica de Liberación Emocional

Cuando aparece el enojo por una gran pena, nos inclinamos a creer que necesitamos que alguien pague para que el evento sea correcto. Si pudieras hacer que alguien más sufriera y pagara por la culpa ¿qué harías para resolver esa pena que sufres? Y luego… ¿qué? La mayoría de nosotros no sabe cómo sanar un corazón herido. Nadie nos enseñó qué hacer con todos estos miedos, dolores y emociones lacerantes. La increíble solución es vivir la experiencia de una sesión de EFT.


SER SOLITARIO SIN SENTIR SOLEDAD

Estar solo o en aislamiento solitario puede ser muy creativo puesto que la persona no siente soledad.

Identifica tus creencias limitantes, miedos y comportamientos que impiden que te sientas plena/o y feliz.

Descubre tu yo auténtico. Crea un plan de acción y una nueva visión de la vida para que logres tus metas. Crea sistemas de apoyo internos y externos para ayudarte a vivir plenamente tu visión de vida.

¿Conoces a alguien que siempre está sufriendo? Alguien que tuvo pérdidas y constantemente le cuenta a los demás su tragedia, por el resto de su vida?

¿Conoces a alguien que es siempre un optimista… alguien que sabes ha sufrido pérdidas y pasado por terribles retos en su vida y, no obstante, no carga esas pérdidas ni se detuvo en la tragedia?

¿Qué tipo de persona eres?

¿Qué es lo que permite que una persona llegue a la madurez y sea capaz de ver los regalos y milagros de la vida, mientras que la otra parece estar atorada en el resentimiento y la desconfianza?

¡Es tan fácil ser negativo/a!

El ego es un tonto, un necio.

Un milagro es un cambio en nuestra percepción que nos aporta una experiencia amorosa y curativa (en todos sentidos).

- Esa parte mía que llamo mi espíritu o mi Yo elevado, es la presencia de Dios en mi.

- Retar todas nuestras creencias respecto de la aflicción, pesar, pesadumbre, sufrir un quebranto.

- Deseo sinceramente que a medida que leas este texto empieces a reconocer el sonido de tu propio Ser Más Elevado. Esa parte de ti que siempre está ahí pero que olvidamos tan fácilmente.

- Cuando sufrimos de pronto nos sorprende encontramos frecuentemente con otros que sufren así como cuando compramos un auto la misma marca y modelo parecen estar en todas partes.

- La preocupación, la aflicción, pasará si aceptas que se trata de una de muchas tentaciones manifestadas por el ego.

- Algunas sugerencias para estar en calma, para permitir que todos nuestros sistemas se relajen, dejen de estar alterados, estresados: come bien, descansa y haz un poco de ejercicio.

- Prueba a hacer una limpieza emocional, justo como cuando limpias un closet, armario, ropero.


Mike Robbins.



Extracto del Ensayo de Martha Sánchez Llambí
Ciudad de México
Abril 2009
Registro Público del Derecho de Autor
Núm.032009 – 060510551700-01